Ante la insostenible situación económica de RTVE y la necesidad de buscar fórmulas para reforzar los ingresos, la Asociación Española de Anunciantes (aea) apela al sentido común para abordar una modificación en la Ley de Financiación de RTVE sin la cual, con el tiempo, el ente público podría estar abocado a un funcionamiento precario o a la desaparición de su audiencia.
La Asociación Española de Anunciantes ofrece, una vez más, el retorno de la publicidad de una manera parcial que en tiempos de ocupación no supusiera más de lo destinado actualmente a las autopromociones de la propia cadena. Esta fórmula significaría solucionar el problema de la financiación agravada tras el duopolio actual que controla más del 85% de la inversión publicitaria, y el anunciado cierre de canales de TDT, mantener para el ciudadano una opción de canal de servicio público, revitalizar una oportunidad de incentivar la economía, así como apoyar a un sector que representa el 2,6% del PIB y que no debería de estar estigmatizado.
Con este ofrecimiento de los anunciantes se mantendrían, además, de una manera óptima, los niveles de calidad de programación y los recursos técnicos y humanos necesarios para satisfacer la demanda del consumidor sin provocar saturación publicitaria. Es evidente que la mayoría de las compañías, que compiten en España y en el mundo, utilizan la publicidad como motor del consumo y como herramienta para avanzar en sus negocios, gracias a la publicidad se pueden llevar a cabo iniciativas en el ámbito social, cultural y deportivo que sin el apoyo de las empresas que las patrocinan no serían posibles.
A este respecto, la aea apoya la vía legal que representan los patrocinios en TVE y que contribuyen a tener una mínima ventana de contacto con un consumidor más afín a este canal al cual, la empresa anunciante, no puede llegar de otro modo. No obstante, una vuelta a la normalidad formando parte de la oferta de TVE a los espectadores, de forma razonada, sería la solución necesaria a la situación actual y evitaría, en parte, que se estrechara el cerco, agobiante y constante, a la competencia en el sector televisivo.