249 niños y 159 familias han encontrado en el programa una forma de integración social y bienestar que desconocían. Con el proyecto Integración y Deporte, las dos organizaciones refuerzan la educación y desarrollo de niños y jóvenes socialmente desfavorecidos a través de la práctica deportiva. 


Los excelentes resultados del proyecto Integración y Deporte, en el que participan 249 niños y jóvenes en situación vulnerable, han llevado a la Fundación Rafa Nadal y a Aldeas Infantiles SOS a renovar su acuerdo de colaboración por tercer año consecutivo, para favorecer la integración social en los barrios más desfavorecidos de Barcelona, Granada y Zaragoza.

El proyecto ofrece a niños de 6 a 18 años, procedentes de familias sin recursos, la posibilidad de descubrir mediante el deporte valores y aptitudes que contribuyen a mejorar su vida. Comenzó su andadura en 2010 y desde entonces ha ido aumentado cada año el número de niños y familias atendidas en Sant Adrià del Besos (Barcelona), Granada y Zaragoza.

El deporte constituye una forma amena de aprender valores y lecciones que duran toda la vida. Asimismo, promueve el compañerismo y el juego limpio, enseña a trabajar en equipo y aporta disciplina, respeto y las habilidades necesarias que forjarán unos adultos comprometidos, capaces de hacer frente a los retos de su tiempo.

Ana María Parera, presidenta de la Fundación Rafa Nadal, sigue de cerca los progresos de los jóvenes y manifiesta su satisfacción con los resultados: “Nos llena de orgullo ver como año tras año el proyecto va creciendo, aportando beneficios más que evidentes a los más pequeños y a sus familias”.

Laura Fuertes, responsable del proyecto en Sant Adriá, señala que “el objetivo es trasladar a la vida algunos elementos clave en el deporte como la existencia de limites y normas, la importancia del esfuerzo, el compromiso y el trabajo en equipo, así como la necesidad de poner pasión en todo aquello que llevamos a cabo”.

Numerosos padres también participan en las actividades deportivas y con ellas logran mejorar su bienestar físico y mental, manifestando una gran satisfacción por lo que el programa les ha aportado: “Me ha ayudado a que mi hija hable más y exprese lo que siente y también en los asuntos de los deberes”; “gracias al proyecto he aprendido a escuchar más a mi hijo y hablar más con él. Él ha aprendido a escuchar más”; “el proyecto me ha ayudado a hablar de mis cosas, y a hablar con gente, gracias al proyecto he podido entender más a mi hijo y que él exprese más.”

El deporte y el ocio son derechos del menor, tal y como recoge el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Además de fomentar este derecho, los educadores de Aldeas Infantiles SOS que desarrollan el proyecto han comprobado que el deporte es una magnífica herramienta para la integración social, la mejora de la salud, la educación, la afirmación de la igualdad de género, la protección y desarrollo del menor. Ése es el concepto del deporte para la integración y el desarrollo, que no es simplemente un fin en sí mismo sino un instrumento eficaz para mejorar las vidas de los niños, jóvenes y sus familias y comunidades.