La Asociación Española de Anunciantes (aea) ha lanzado un comunicado en el cual considera que mientras no se solucione la raíz del problema, es decir el sistema de financiación de TVE, la sombra de la quiebra sobre el ente público será aún más patente, independientemente de los gestores que se nombren al frente de la misma.


El ajuste que TVE necesita es el de una financiación que aporte estabilidad con la vuelta razonable de la publicidad sobre la cual parece que exista una cerrazón en no adoptarla, sin embargo, el ciudadano reconoce el valor de la publicidad, lo que no le gusta es el exceso de la misma, al igual que es contraproducente para los intereses de las empresas anunciantes que siempre han estado en contra de la saturación publicitaria.

Desde 2009 en que el Gobierno de entonces suprimió la publicidad en TVE, la crisis financiera siempre ha supuesto el mayor escollo para sacar adelante cualquier plan de eficiencia, ocasionando graves perjuicios para los empleados, para los ciudadanos, para los anunciantes y por tanto para el proyecto en sí de conseguir tener una televisión pública de calidad con garantías de continuidad. De hecho, estamos viendo ya la adopción de medidas innecesarias como, por ejemplo, el caso de la fusión de Teledeporte en La 2 que solo es el comienzo del deterioro paulatino.

Cualquier ampliación sobre los presupuestos generales para paliar esta situación supone asimismo una sucesión de parches que gravan aún más el coste que le repercute al ciudadano y no afianza una TVE en condiciones adecuadas de supervivencia en un mercado televisivo ya de por sí muy competitivo.

Por otra parte, estigmatizar a un sector que aporta un 2,6% al PIB tampoco parece muy razonable, y es incluso paradójico con las declaraciones del máximo representante del Gobierno español en el pasado Foro de la Comunicación ante 800 profesionales de 65 países, al afirmar que “el valor de la comunicación en las sociedades modernas es tal que ninguna empresa ni ninguna gran organización puede permitirse el lujo de descuidar su forma de comunicar”; reparar esta ruptura con el público y recuperar esta conexión de información con el ciudadano significaría facilitar, en este sentido, la actividad de comunicación tan vital del tejido empresarial español.