Pase lo que pase con los resultados de venta de la Lotería de Navidad, ya ha caído El Gordo tanto en la agencia creativa como en la de medios que han realizado la campaña.

La información que están dando todos los soportes, convencionales y digitales, sobre dicha campaña está sobrepasando los estándares de ruido que siempre genera la lotería del día 22 de diciembre. Esta vez las discusiones, provocadas o no, interesadas o no, sobre el eje de comunicación del spot y su persuasión sobre la audiencia, lo que están consiguiendo es que haya verdadera avidez por conocerlo. Si a esto agregamos las conversaciones, no sólo en la red sino en cualquier soporte que se precie, más o menos irónicas, más o menos sarcásticas, más o menos ácidas sobre la pieza, se puede constatar que su efecto viral ha trascendido nuestro pequeño mundo profesional para convertirse en una epidemia que, al paso que lleva, se va a descontrolar para beneficio de las agencias y la industria. Y si además se vende será como jugar al póquer y ganar para el anunciante.

Pero, claro está, no todo está tan claro: por ejemplo. ¿Quién creen ustedes que va a ganar el partido entre el anterior director de El Mundo y el propio diario? Porque la cosa se está poniendo fea, a no ser que la táctica italiana sea que el asunto se pudra teóricamente para poner otra vez, prácticamente, las cosas como estaban. Ya veremos.

¿Y qué me dicen de otra guerra, la de los editores de Google? En Alemania, por ejemplo, la gente de Axel Springer ha tenido que recular y volver a pedir la indexación en el buscador después de perder el pulso al caer sus visitas provenientes de Google un 40% y hasta un 80% en Google News. Pero no se llamen a engaño; es cierto que han recogido velas y pedido árnica ¡Sin dejar de reclamar el famoso 11% que exigían! O sea que siguen erre que erre. (Se admiten todo tipo de profecías, especulaciones o “ya lo decía yo” a los forofos de ambas partes).

Si seguimos dando un garbeo por el ancho mundo nos encontramos con que The New Yorker ha levantado, ahora que se conmemora la caída del de Berlín, otro muro de pago. Su editor dice que no tiene caídas en la web y que sus lectores están por pagar para que la revista siga manteniendo su contrastada calidad. Hay “gente pa to” que diría un antiguo y famoso torero, porque, por ejemplo, si la afirmación del editor americano la hace alguien en España se iban a despepitar las piedras, acostumbrados como estamos a tenerlo y quererlo todo “gratis total” que dicen los neocastizos.

Y para terminar les diré muy bajito que sigo sin ver ideas nuevas en los medios de comunicación: por lo visto se ha dicho que la salvación de los medios está (y perdonen tanto entrecomillado) en la “personalización pasiva de las noticias” que viene a ser lo mismo en esencia que lo que viene haciendo iTunes desde hace años con sus listas de reproducción inteligente. Pero claro, para eso hay que tener bases de datos actualizadas y legalizadas, y contar con el compromiso y la fidelidad de los usuarios, porque si se pretenden que la fidelidad se obtenga por una técnica puntual lo tienen crudo.

Apple gana mucho dinero, un dineral, con iTunes, pero dando servicio y dialogando con sus clientes. ¿O no? Justo lo que hacen otros..

Que sean buenos.