Se marcha 20014 con mejores modos de los que nos obsequió al nacer. Como los buenos cómicos ha mejorado con la edad y remata su andadura con una mejora visible (y audible) en sus relaciones con la publicidad (la llamen ustedes como quieran llamarla) que es lo que nos interesa.
Parece que su sucesor en el giro del tiempo, el nonato 2015, traerá más inversión de los anunciantes y, con ello, aliviará, aunque sólo sea un poquito, este demacrado, por desnutrido, mercado en el que se mueven ustedes como un pez en el agua. También parece que el nene traerá novedades en los antes llamados medios de comunicación (ahora ventanas) con un par de intentos digitales que fructificarán o no dependiendo de la capacidad de aguante financiero de sus promotores, como ha pasado siempre y el eterno canto de sirena de las fusiones entre los editores de prensa que seguirán siendo meros cantos mientras sus responsables no se apeen de la cabalgadura de sus egos.
Respecto a la inversión pienso que con este panorama y “sufriendo” de nuevo la tabarra de los bloques televisivos de 10 y 12 minutos (ya ven que no quiero hacer sangre) me pregunto una vez más quién puede ponerle el cascabel al gato de la pesadez insoportable de esos bloques que nunca se acaban.
Y aunque siempre he sido enemigo de las inducciones, porque entiendo que de una experiencia personal no se puede extraer una conclusión general, les haría varias preguntas a los anunciantes: ¿De verdad se creen los estudios, cualquiera que sea, que les hablan de la eficacia de ese anuncio suyo sepultado en la mitad de un bloque mastodonte? ¿No sería mejor pagar más y exigir a los soportes menos minutaje en el bloque? ¿Hasta cuándo el directo de publicidad o comunicación de un anunciante ha de estar sometido a directrices tales (vengan de donde vengan) como las de caracterizar la comunicación comercial fundamentalmente por su coste?
Honradamente creo que la frecuencia, llevada a los extremos en los que está instalada, precisamente porque la comunicación no se ve, es insoportable para el espectador medio que huye de los bloques como de la peste. Creo también que a pesar de la multiplicación de personas y empresas especializadas en soportes digitales, hay muy pocas ganas, en general, de variar las cuotas de inversión clásicas por soporte, porque para eso los directores de publicidad y comunicación no deberían estar tan supeditados a los gestores económicos, con lo que aquello de tener una cierta valentía en la creatividad (responsable) en medios pienso que va a seguir esperando otro año más. Y van…
Todo esto no crean que allana el camino a los soportes. Es evidente que con bloques de comunicación, comerciales o no, los canales sustraen entre 15 y 18 minutos a la hora de costes de producción propia o comprada, pero eso es pan (¿?) para hoy y hambre para mañana porque la audiencia se resentirá más cada día y los demás soportes pierden anunciantes que no necesitan al “medio rey” para vender sus productos o servicios. Dicen que de las grandes crisis nacen las mejores ideas. Espero que 2015 nos traiga alguna importante para el sector. Yo me limito a hacer preguntas pero son ustedes los que tienen las mejores respuestas. Así es, si les parece.
Muchas felicidades y que el próximo año les sea propicio.