El humor siempre fue patrimonio del lenguaje publicitario ya que, normalmente, ayuda a construir marcas y se utiliza como una manera de llama la atención y de aportar valores positivos. Pero, como ocurre con los monologuistas, ni todo el mundo sirve ni tiene la gracia suficiente para conectar con la audiencia. Lo peor de todo es que una graceja puede, incluso, hacer perder la promesa del producto y camuflar el objetivo de estrategia de campaña. A continuación pondré un ejemplo.


Vemos una sastrería, y como es lógico, nos encontramos al sastre, a su cliente y “un rinoceronte”… Sí, sí, ¡un rinoceronte! Y aquí viene el gran chiste: “Si le viste un rinoceronte no es un rinoceronte, es un finoceronte”. ¡Toma ya! No me quiero ni imaginar cómo habrán sido esas reuniones de creativos..todos con dolor de estómago de tanto reírse. La verdad es que para demostrar que la masa de una pizza es muy fina no encaja ni con calzador y, por supuesto, no tiene nada que ver con el final del spot resuelto de manera convencional con su masa de pizza haciendo acrobacias. La manera de posicionar la fina masa no tiene ninguna gracia y, lo peor, no se asocia en absoluto con el mensaje. Si, como se recalca ahora mucho, lo importante es la idea, se han lucido..

Otro tema sin ninguna gracia ha sido el de utilizar una promoción (bajada de precio) para hacer una campaña demagógica sobre lo mal que lo está pasando el personal, lo cual es muy cierto, pero no debería de ser una excusa para bajar el precio de la leche que, por mucho que me lo quieran vender, no lo hacen para ayudar a mi economía doméstica sino por un puro problema de mercado para poder competir en el lineal. Y es que, para argumentos demagógicos ya tenemos bastante con los políticos. No mezclemos las churras con las merinas o, en este caso, con las vacas asturianas.

Como ocurre con los monologuistas, ni todo el mundo sirve, ni tiene la gracia suficiente para conectar con la audiencia”

¿Son importantes las estrellas? Yo creo que sí. Las hay de todo tipo: desde la que llevó a los Magos a Belén hasta las estrellas de Hollywod o las famosas estrellas Michelín, aquellas que nos permiten localizar los mejores, aunque a veces inaccesibles, restaurantes. Y precisamente esta pregunta se le hace a un cocinero que ostenta tres, David Muñoz.. De forma brillante el nuevo spot de Mercedes eleva la marca y la vuelve a rejuvenecer creando un mensaje lleno de humor y empatía. Las estrellas Michelín de uno de nuestros más jóvenes y mediáticos restauradores, y la legendaria estrella que siempre acompañó al mítico fabricante de coches, se unen para dar prestigio y hablar del triunfo del esfuerzo; la dedicación del trabajo diario y, como decía, rejuvenecer la marca sin perder valores aspiracionales.