El nuevo algoritmo Viola-Jones permite un reconocimiento facial en tiempo real, buscando líneas verticales luminosas, que son las que se corresponderían con la nariz, y también horizontales oscuras, que serían los ojos para este caso.
El buen funcionamiento de Viola-Jones se debe principalmente a su velocidad de funcionamiento. El único problema que no soluciona este algoritmo es el de detectar a personas que no estén de frente. Y es que solo es capaz de detectar aquellos que rostros que estén mirando directamente al objetivo.
Este nuevo algoritmo recurre a las redes neurales, mecanismo tradicionalmente utilizado en el reconocimiento de caras, que han sido entrenadas tomando como base unas 200.000 imágenes con rostros en diferentes ángulos y unas 20 millones de instantáneas donde no las hay.