A simple vista Google Shop, la primera tienda física del gigante de internet, parece más una zona de juegos para niños que otra cosa. El establecimiento, ubicado dentro de los almacenes Currys PC World de Londres, está lleno de mullidos y cómodos sillones para sentarse y de pantallas curvadas para jugar a videojuegos.


Uno de los principales atractivos de la Google Shop, que abrió el pasado jueves sus puertas en la capital británica, es la denominada “Doodle Wall”, una pared donde los clientes tienen la posibilidad de utilizar “aerosoles digitales” para pintar su propio logotipo de Google y compartirlo después en las redes sociales.

El surtido de “gadgets” está compuesto de portátiles, tablets y smartphones con sistema operativo Android. El principal punto fuerte de esta tienda es que está equipada con numerosas cámaras térmicas que se encargan de seguir en todo momento los movimientos del cliente.

Según los expertos, la apertura de tiendas físicas es un movimiento sumamente inteligente por parte de las empresas online porque de esta forma pueden pulsar la percepción del cliente y entablar con él nuevas formas de interacción.