Bares que lugares…, un buen espacio de encuentro para conversar, para hablar de lo divino y de lo humano…y con una cerveza en la mano que siempre ayuda para que fluyan las ideas y las historias. Lugar de encuentro no virtual donde la cercanía y los contactos son reales. Mahou lo tiene claro y continúa con una nueva versión de la campaña anterior, con encuentros entre famosos de todos los pelajes: deportistas, músicos, humoristas, presentadores de televisión, periodistas y cocineros.
Todos brindan y nos abren su corazón con el recuerdo de su mejor cerveza cinco estrellas al son de la música de Rosendo y sus maneras de vivir. Entre ellos están David Muñoz, un chico de barrio que gracias a la Guía Michelín no solo se hizo famoso en lo suyo, la cocina, sino que se ha convertido en una estrella mediática, y ahora publicitaria, codeándose con prescriptores de la talla de Fernando Torres, Alaska, Alejandro Sanz o Ana Morgade.
Estos personajes llaman nuestra atención y los anunciantes lo agradecen para destacar dentro de los interminables bloques publicitarios. Independientemente de sus reconocidos talentos, por los que se han hecho famosos, lo mismo nos venden un coche, que material deportivo, seguros, postres, salsas… sin saber en qué se basa la recomendación, ya que ellos serán expertos en lo suyo, pero no tienen que serlo en otros productos.
En el caso de David, supongo que tendrá que ver con encontrar la estrella que, en anuncio de Mercedes, le robaron de su coche (muy bien llevado el doble sentido en esta campaña publicitaria), y la estará buscando entre las de Mahou… En cualquier caso, yo me fío y seguiría las recomendaciones que los profesionales de la restauración me hacen sobre los productos de sus restaurantes o relacionados con su entorno.
Veamos otro ejemplo, Jordi Cruz, otro excelente cocinero, o Chef como le gusta que le llamen, que saltó a la fama gracias a su interpretación de juez (unas veces como poli malo y otras como poli bueno) en el programa de Masterchef.
A pesar de no haber podido todavía disfrutar de las creaciones culinarias en su afamado restaurante (mi sueldo no está a su altura), estaría encantado en seguir sus recomendaciones en todo lo relacionado con la cocina, la organización y la gestión de una empresa (un restaurante es algo muy complicado) Así como de los productos relacionados con la restauración o la alimentación, ya que me parece un personaje con un acertado criterio para la cocina. Si bien en el caso de Jordi, su fama le ha llevado, no solo a anunciar cavas en Navidad, sino a mostrarnos su tableta y pectoral depilado en portadas de revistas como Men´s Health, a intentar venderme energía y productos de Gas Natural o complejos vitamínicos de Pharmaton Complex… Ahí ya no, amigo. No eres creíble y es malo para el que te paga el caché. ¡Zapatero, a tus zapatos! o, en este caso, ¡cocinero, a tus cocinas!.
“Los personajes famosos llaman nuestra atención y los anunciantes lo agradecen para destacar dentro de los interminables bloques publicitarios”
Sabemos que la fama es breve y algunos consideran que hay que aprovecharla para promocionar todo lo que se les ofrece en el breve periodo de ésta, pero sería conveniente que revisaran los guiones y contenidos de los anuncios que les proponen y no se carguen una carrera profesional por ingresar un dinero. Recientemente, ojeando el fantástico libro editado por la Asociación de Anunciantes Una historia de la publicidad y el consumidor en España, me vuelto a encontrar con el bochornoso anuncio de uno de los mejores futbolistas que jugó en nuestro país, Di Stefano, anunciado unas medias y con una imagen dividida en que podemos observarle con unas preciosas piernas femeninas. Vergüenza ajena, señores. Y es que, la fama por sí misma no es buena prescriptora.