Como ya ocurrió con la llegada del iPhone, la irrupción de un dispositivo tan innovador y con un gran poder prescriptor como presumiblemente va a ser el Apple Watch tendrá su correspondiente efecto en la industria publicitaria. Si a esto unimos las estimaciones de crecimiento en el uso de la tecnología wearable de un 704,5% entre los años 2013 y 2018 (Fuente: Cisco Systems). Con estas cifras es complicado pensar que el smartwatch y otros wearables queden al margen del marketing digital.


Fue en el pasado CES cuando Apple definió el Apple Watch como un dispositivo contextual e hyperlocal, es decir vinculado a la situación y el lugar del usuario en un momento especifico. De esta manera, un usuario tiene el poder de acceder a información sobre aquello que ocurre a su alrededor y que es personalmente relevante y de su interés.

Así, el camino hacia la digitalización de nuestra vida cotidiana sigue su rumbo imparable y con ello las posibilidades cada vez mayores de la comunicación personalizada. Es justo en este ámbito donde este tipo de dispositivos añade valor a sus usuarios y en contra de posiblemente la primera percepción, y la decepción de algunos, el primer Apple Watch no es un soporte publicitario.

La publicidad en wearables no vendrá de la mano de las notificaciones publicitarias, ni de microbanners ilegibles ya que en este caso si existe un riesgo alto de molestia e intrusividad y donde la línea entre lo que es personal versus lo estrictamente privado es muy fina.

El verdadero valor publicitario de la Era Wearablees el dato delWhere. Los datos demuestran que cada vez más los usuarios están dispuestos a compartir su localización si reciben algo a cambio. Hoy, el 44% de las impresiones publicitarias en el medio móvil traen consigo datos del lugar donde ha ocurrido esa impresión. En el 2010 ese dato no superaba el 10%. Esta tendencia es muy relevante para un sector como el publicitario que esta inmerso en una transformación completa de su modelo y en búsqueda continua de mayor aporte de valor.En este sentido, el dato Geo ayuda a solucionar los dos grandes retos de la publicidad.

El primero es de la generación exacta de perfiles de audiencia a escala masiva. Hoy, prácticamente el 50% de las conexiones a internet ya ocurren desde dispositivos móviles donde las cookies están en obsolescencia. Con la penetración masiva de los smartphones a nivel mundial existe el dato geo como alternativa a las cookies. Cruzando este dato con un mapa de puntos de interés, se crean segmentos de audiencias con perfiles muy definidos y altamente cualitativos basados en la actividad real de las personas. Se puede resumir en “eres donde estas”.

 

“El 50% de las conexiones a internet ya ocurren desde dispositivos móviles donde las cookies están en obsolescencia”

El segundo gran reto y que potencialmente traerá mayores consecuencias es el de la atribución de las campañas publicitarias en el mundo off-line. Es el efecto branding que explica cuanta gente ha visto mi campaña y después ha llegado a mi punto de venta. En este caso el dato geo permite medir de una forma analítica la redención de una acción publicitaria en el mundo offline. Esto unido a los pagos móviles, también potenciados por la irrupción de los wearables, ratifica la trazabilidad del camino del consumidor a la compra.

El primer Apple Watch no es el primero en su categoría pero al igual que con el primer iPhone, si será un catalizador hacia la contextualización digital de nuestra presencia y eso si es disruptivo.