Con esos calores apetece tomar una cervecita bien fría y, por tanto, los anunciantes cerveceros nos regalan sus mejores producciones. Últimamente, se ha puesto de moda encargarlas a directores de cine de postín para, de esta forma, conseguir interés y presencia en los medios generalistas. Tal es el caso de San Miguel, con una fórmula sencilla por la que se contrata a un premiado y megareconocido realizador como Juan Antonio Bayona, se le da un buen presupuesto que le permita viajar casi por todo el mundo. Luego, se da una rueda de prensa y una buena campaña de presentación y se consigue una amplia difusión en los medios ganados, con espacios gratuitos, sobre todo en televisión.
En la campaña se promete una buena y evocadora historia sobre los orígenes aventureros de los emprendedores que crearon esta marca, españoles que se fueron a Filipinas y, tras el éxito allí, regresaron a España para posteriormente exportar su cerveza al resto del mundo. Todo muy prometedor hasta que ves el spot y… ¡que decepción!; no ves una historia emotiva, ni épica; no ves ese espíritu aventurero de los fundadores que nos habían vendido, ni aparece reflejado el haber viajado por medio mundo durante meses para rodar unos cortos planos en diversas localizaciones, en los que los actores, mediante cortas frases, intentan contarnos la historia sin que reflejen la complejidad del rodaje, el traslado del equipo, la contratación de los equipos locales… Para “este viaje no hacían falta tantas alforjas”, como decía mi abuelo. Cualquier realizador de publicidad lo habría hecho igual de bien y seguro que se podrían haber localizados exteriores similares sin viajar tanto.
Después de las fantásticas campañas de “Donde va triunfa” y “Un lugar llamado mundo”, está claro que lo mejor está por llegar. Loterías acaba de presentar su campaña de verano para el sorteo de Navidad, y, por fin, “aquí” se transforma en pueblos y localizaciones reales, más allá de los carteles con la icónica foto del Calvo o el dibujo del Gordo cayendo. Se trata de una variedad de spot rodados como si fueran realities, que ayudarán a los medios ganados a difundir la nueva campaña, aunque luego no los veamos en los inmensos bloques publicitarios. Es una divertida manera de usar el himno de Asturias en radio (aunque no a todos los asturianos les haya gustado la idea, ya sabemos lo susceptibles que estamos con las nacionalidades).
Aunque si queremos hablar de historias sencillas, bien contadas, que transmiten emoción, que te ponen los pelos de punta, como decía un colega mío, debemos atender a la nueva campaña de ING, sobre todo, al spot de la adorable anciana que llama a su hijo para que le lleve a una playa… nudista. Se demuestra, con el spot, cómo un tema tan delicado y casi tabú (para algunos) se puede resolver sin ningún espaviento y con la mayor delicadeza… ¡Enhorabuena!
Y si de buenas y costosas producciones hablamos (que también se echan en falta), podemos hablar de la campaña de fusión de Canal+ y Movistar, en la que se unen los mundos del entretenimiento. Hacía tiempo que no veíamos una buena producción, que manejan tan bien los efectos especiales y el 3D, tan bien resuelta, tan espectacular y entretenída.
Dixit.