Cuando crees que lo has visto todo en publicidad en televisión; cuando una marca como Campofrío te ha sorpendido y acostumbrado a spots que se salen de lo común en el sector al que pertenece. Cuando parece que el spot emotivo y el chistoso lleva la firma de la marca de embutidos…van, y lo vuelven a hacer. Campofrío nos sorprende una vez más dando un giro de 180º a sus campañas, y nos trae a España a las cholitas luchadoras, protagonistas de la lucha libre boliviana (un espectáculo dramatizado de lucha, famoso en Bolivia, en el que las luchadoras, además de ser consideradas estrellas, siempre llevan ropas típicas como las faldas, llamadas polleras, o bombines). Arriesgado y novedoso.
La propuesta de McCann es una demostración más de que la marca continúa en su apuesta por el riesgo y la innovación en lo que a comunicación se refiere. Sí, lo han hecho. Ya dijeron hace unos meses que no se estancarían en lo que les había funcionado hasta ahora y el resultado es una película que, guste o no, no pasará desapercibida. En mi opinión, representa de forma divertida ese ansia con el que algunas cholitas de España, atacamos a ese último trocito de jamón del plato. Por cierto, atentos a esta figura porque El Ojo de Iberoamética también ha contado con una cholita luchadora para el spot del festival. Las marcas, una vez más, nos acercan personajes, y es maravilloso conocerlos de su mano.
En el otro lado de la balanza, quiero mencionar un spot que me tiene impactada. ¿Por qué las marcas se empeñan en huir de los estereotipos de una forma tan “falsa”, artificial…? Son forzados y superficiales los protagonistas que ha utilizado Asevi para su campaña de producto. Con tal de no recurrir a la mujer, para que no nos sintamos ofendidas, ha forzado situaciones cotidianas de parejas con hijos, de gays y de abuelas chistosas para simplemente “decir que limpian muy bien”. La intención ha sido buena pero trata de acercar lo cotidiano de una manera poco creíble.
En frente podría estar el caso de los supermercados Aldi, mucho más logrado, creíble y que, incluso, empatiza: cuatro productos, una caja registradora y una redacción que asocia una realidad a cada producto… y no hace falta más para romper con estereotipos y ser realistas. Por favor, no nos volvamos locos.
Cambiando de tercio. Este comienzo de curso no ha sido muy bueno para Volkswagen. Marca que, más allá de su consolidación como una de las principales en lo que a tecnología se refiere, llevaba un recorrido de comunicación publicitaria impecable. Ahora tira a la basura o, para ser más precisos, contamina su imagen con una mala praxis que cuestiona su responsabilidad con el Medio Ambiente. De la imagen impecable, de un producto asociado a la robustez y fiabilidad tecnológica alemana hemos pasado al rechazo absoluto hacia “quien nos ha engañado”. Volkswagen ha protagonizado algunos de los mejores y más viralizados (y premiados) spots de los últimos tiempos. ¿Quién no tiene en mente aquellos inspirados en Star Wars? ¿O los que convertían al perro en admirador de la marca? A mí no me han podido gustar más. Pero es lo que tiene la red, tan pronto te encumbra como te entierra y si antes tu error se multiplicaba por cien ahora lo hace por un millón… Así, no han tardado en llegar vídeos que emulan a los spots de la marca para burlarse y hacer un llamamiento en su contra.
“Volkswagen contamina su imagen con una mala praxis que cuestiona su responsabilidad con el Medio Ambiente”
Ha sido el caso de Greenpeace, una organización que nunca me deja indiferente con sus campañas (les invito a que vean su replica a la Automotriz, no tiene desperdicio). Pues bien, Volkswagen ya se ha arrepentido. Como manifestaron ellos mismos: “la han cagado” y no me cabe la menor duda de que activarán todo sus recursos de comunicación, publicidad y marketing para sanarse las heridas y suavizar la caída. Será entretenido e interesante ver con qué nos deleitan ante semejante “cagada”.