Durante cerca de siete años, en Estados Unidos surgió allá por la década de los 50, una serie de publicaciones de cómics de terror para adultos que, con el paso del tiempo, se han convertido en un deslumbrante ejercicio de imaginación, frescura y desparpajo visual. Más allá de la calidad de los dibujos, de que las historias fuesen más o menos plausibles (al menos en el sentido literario), los autores y las múltiples publicaciones que aparecieron siguiendo este estilo desopilante y desenfadado, lograron que la sociedad ca talizara con estas historias de terror los terrores reales de la guerra fría reinante tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, esta sí, auténtica
fábrica de horrores.


Esta estupenda edición con más de 300 páginas traduce la se lección que el experto en el tema Greg Sadowski (y no saben ustedes cúanto) realizó para la editorial norteamericana Fantagraphics. Zombies, esqueletos, hechizos, invocaciones, monstruos horrorosos, maldiciones… todo puede pas ar en un mundo gráfico en el que el sentido de lo real deja de tener sentido y la imaginación más truculenta (y divertida) pasa a convertirse en la verdadera protagonista. Un estilo inaugurado por Bill Gaines cuando heredó Entertaining Co mics (EC) cuando, tras contratar al guionista y dibujante Al Feldstein, decidió emprender un nuevo rumbo editorial. Sin embargo, a finales de 1954, la opinión pública provocó el nacimiento de la Comic Code Authority, una institución encargada de regular los contenidos de los tebeos, que se convirtió en un comité censor que acabó con estas revistas de contenidos tan horripilantes. Menos mal que hoy podemos disfrutar de ellos (y mucho, la verdad).

VVAA
Four color fear. Cómics de horror de los años 50
(Diábolo Ediciones, 2011)