La expansión de los móviles y tabletas es claramente perceptible, y prueba de ello es el dato de descargas diarias de aplicaciones móviles que publica el diario Expansión, que alcanza la cifra de 1,4 millones, suponiendo una media de 16 cada segundo.
En España, ya hay compañías que han sabido aprovechar ese tirón y muchas otras están naciendo con el propósito de desarrollar aplicaciones. Algunas llevan al móvil las funciones de una web, como Minube.com, y otras, como Red Karaoke, han abierto oficinas en Estados Unidos para buscar mejores opciones de financiación.
Sin embargo, a pesar del auge del sector, en el negocio no todo es sencillo, ya que promocionar una aplicación móvil resulta más difícil de lo que puede parecer a primera vista y muchos proyectos han tenido que ser retirados o reenfocados. El mayor problema se debe a que, en su mayoría, estas aplicaciones son gratuitas y no es sencillo rentabilizarlas.
Ante este panorama, los desarrolladores están optando por modelos con comisión por ventas y, sobre todo, por la alternativa en la que la descarga es gratuita pero se paga por la compra de bienes virtuales o servicios añadidos. Existe, en cualquier caso, un problema añadido: tanto Apple como Google se quedan con una parte de las ganancias que se generan a través de sus plataformas.