La Colección TEN viaja hasta Madrid para seguir sorprendiéndonos con las obras de los mejores diseñadores gráficos internacionales. 


La intención de Sergio del Puerto con su obra para TEN es conseguir un “WOW effect”: impactar al espectador desde el primer momento: “Un creativo debe, sobre todo, sorprender, visual o conceptualmente, da igual. Pero el compromiso creativo debe ser fuerte y visible”.

Una vez conseguida la atención de su público, a Serial Cut™ le gusta que haya una segunda lectura de su obra, más pausada y detallada: “Me encanta que la gente disfrute diseccionando una imagen, que se diviertan buscando los detalles, que se pregunten si lo que ven es real o digital, etc.”. Y es justo lo que ha conseguido con su obra Faux tiroirs. 

Inspirada en los gabinetes de curiosidades que surgieron en el Renacimiento, la creación de Serial Cut™ está plagada de detalles: extremidades humanas combinadas con utensilios cotidianos, pero también árboles, tuberías, puertas, muñecos de nieve azules, etc. Un popurrí enigmático, insólito y demencial, que invita al espectador a examinarlo y perderse en los sinuosos laberintos de la fértil imaginación del artista.

Este extraño laboratorio ha necesitado diferentes técnicas para montarse, desde el fotomontaje en Photoshop hasta el uso de composiciones 3D realizadas en Cinema 4D. La dificultad ha estado en conseguir una homogeneización de la colorimetría y luminosidad de las imágenes descargadas de Fotolia, ya que cada una tenía una iluminación diferente del escenario creado en 3D.

 

Mezcla de surrealismo, cultura pop y lujo…

Con un toque de ironía”, matiza Sergio del Puerto cuando tiene que describir su obra. Su libertad artística es, sin duda, una consecuencia de su franqueza. Como creador, asume las referencias en su trabajo, y sabe rechazar los proyectos que no le resultan estimulantes.

Este “creador de imágenes”, como se considera a sí mismo, es un autodidacta que encuentra sus fuentes de inspiración en todo lo que le rodea: tanto el arte moderno como el clásico, especialmente Magritte; en la arquitectura y el diseño, pero también en películas y series, especialmente en las obras de Monty Python; o incluso en los recuerdos de su infancia: “De pequeño no comprendía por qué le gustaba a otros niños de mi edad jugar a batallitas con sus muñecos, cuando a mí lo que realmente me interesaba era simplemente colocarlos y hacerles fotos. Hoy todavía me gusta crear ese tipo de escenas en mi vida, e inmortalizarlas en una foto”.