En su tercera película, Joshua Michael Stern (“El libro mágico”, “El último voto”) se adentra en el difícil y brillante carácter del fundador de Apple, Steve “Jobs“.
Un viaje de veinte años, desde 1971 hasta 1991, donde el espectador verá a un Asthon Kutcher metiéndose piel del emprendedor de manera notable.
Es dificil condensar la vida de un genio en poco más de dos horas sin resultar superficial y es cierto que se echan de menos algunos pasajes de la vida de Jobs, como por ejemplo, su paso por Pixar (empresa de la que fue fundador); pero Stern ha llevado a cabo un arduo trabajo con delicadeza.
“Jobs” es una película emotiva, con buenas interpretaciones y alguno de los momentos más importantes de la vida de Steve. Un intento de retratar honestamente la personalidad compleja de un hombre que ha hecho historia.
La película mantiene un ritmo lineal, sin sobresaltos, y a pesar de resultar algo lenta en algunos momentos, termina envolviendo al espectador gracias a un guión lleno de discursos inspiradores que el creativo Matt Whiteley comenzó a escribir por encargo del productor, Mark Hulme, antes de la muerte del Jobs.
“Jobs” refleja lo que pudo ser el carácter inconformista de un genio que lucho todas las batallas de la vida y fue fiel a sí mismo hasta el final.